W.SOMMERSET MAUGHAM (1874-1965)

CITA EN SAMARRA


Había una vez un Califa en Bagdad.
Era un hombre bueno y sabio. Un día
 envió a su criado Abdul al mercado a
 comprar frutas y verduras. Era un día espléndido,
 radiante, primaveral. El mercado estaba abarrotado
 de gente. Todos se afanaban por encontrar los mejores
 productos al mejor precio. De repente, Abdul sintió un escalofrío,
 inusual en un día como aquél. Era un frío tan turbador, que le pareció
 notar la presencia de alguien. Esa gélida sensación le hizo girarse
 y lo que vio, le asustó sobremanera. Vio una figura alta, vestida de negro,
 y lo que más le horrorizó fue que el rostro de esa figura no tenia ojos y,
 sin embargo, sentía que su mirada se clavaba en él.
 ¿Quién eres ?, preguntó Abdul muy asustado.
- Soy la Muerte, respondió la figura.
Abdul, se sintió desfallecer. Dejó caer el cesto y echó a correr a casa de su amo.
Amo, por favor, préstame tu mejor caballo. Debo ir, ahora mismo, a casa de mis padres.
¿Qué sucede?, Qué es todo este alboroto? - dijo el Califa.
Amo, he encontrado a la Muerte en el mercado. Si me prestas tu caballo,
 podré llegar a casa de mis padres antes del atardecer y podré decirles adiós antes de morir.
El Califa estaba muy contrariado. Abdul era su mejor criado. Le prestó su caballo
 y se dirigió al mercado. Nada más llegar, entre la muchedumbre, vio la figura de negro
 que había asustado tanto a su criado, y se aproximó espetándole:
 ¿Por qué asustaste a mi criado esta mañana ?
¿Quién es tu criado? - Respondió la Muerte.
Su nombre es Abdul, dijo el Califa.
No pretendía asustarle, solo que me sorprendió verlo a aquí en Bagdad.
Por qué te sorprendió? preguntó el Califa.
Oh, contestó la Muerte. Solamente porque tengo una cita con él ... esta noche, en Samarra